sábado, 16 de octubre de 2010

La Naturaleza de un árbol

Pero cuando vino la primavera todos los árboles dieron hojas, salvo éste que dio plumas que eran estrelladas y azules.

Y el ermitaño Securis, le dijo:

-Bueno, no obedeciste las reglas y por eso te tocara quedarte quieto hasta el final de los días.

Y al árbol se le cayeron las plumas e inmediatamente le crecieron hojas, pero este ya no se podía mover. Y así fue hasta el final de los tiempos.

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